En el mundo de la construcción, hay ciertos temas o factores que van adquiriendo importancia conforme avanza el tiempo y la sostenibilidad es uno de ellos. De hecho, es un tema que está ganando importancia en todos los sectores, podríamos decir que incluso es algo que urge de cara a la sociedad. Sin duda, si queremos hablar de sostenibilidad dentro del marco que abarca la arquitectura, hay que centrarse en métodos de construcción y obra que tengan en cuenta estos intereses. Este sería el primer paso.

Con todo esto en cuenta, existe un concepto que durante los últimos tiempos se ha introducido a pasos agigantados dentro de la industria: la arquitectura circular. Este término acuña un método de construcción inspirado en la naturaleza, la forma circular de la economía se basa en un proceso constante de producción, reabsorción y reciclaje de los elementos. De esta forma, conseguimos que el proceso se autogestione y se regule de forma natural, aprovechando todo tipo de residuos posibles para reinventarlos y conseguir así nuevos suministros para la producción de nuevos proyectos.

Como tantos otros proyectos interesantes relacionados con la sostenibilidad, sobre el papel es algo perfecto y fácil de conseguir, pero en la práctica existen dificultades difíciles de anticipar. Esto es así tanto en el proceso de demolición o desmantelamiento de edificios, como en la correcta extracción de materiales y residuos, pero especialmente debido a la escasez de tecnologías disponibles. No hace tanto tiempo que la arquitectura circular está “de moda” y los métodos de reciclaje para dar segundas oportunidades a los materiales de construcción todavía están algo verdes. Se estima que en torno al 40% de los residuos que se generan en el planeta son proporcionados por la construcción civil, y una gran parte de éstos se podría reciclar si se hiciesen bien las cosas. Dentro de estos materiales, el hormigón supone una pieza clave debido a su enorme huella de carbono a la hora de producirlo, su presencia en todas las construcciones, el uso excesivo y las dificultades que presenta a la hora de reutilizarlo.

Hasta hace no mucho, el proceso habitual era triturar las estructuras de hormigón que habían sido previamente demolidas. Esto provocaba la aparición de un material generado a través de las partes más pequeñas del hormigón. Después, este material solía utilizarse en procesos como el “down cycling” o “infrarreciclaje”, que hace referencia a los métodos de reutilización en los que el producto pierde calidad respecto al material original.

Mediante este sencillo proceso en el cual se trituraban las estructuras originales, el producto obtenido se usaba de base para carreteras o construcciones de este estilo. Debido a la poca calidad de los áridos obtenidos, la tasa de intercambio respecto del material original nunca solía superar el 30%, un porcentaje muy por debajo de las expectativas actuales.

Proyectos interesantes en la actualidad

Como es de esperar, muchas empresas han tomado parte en el asunto y en este post tendremos en cuenta el ejemplo de Sika Group. A través de su página web, podéis conocer en profundidad las principales funciones de esta compañía entre las que destacan las siguientes características:

  • Limpieza de residuos de hormigón de la piedra de cemento
  • Recuperación de materias primas en calidad reutilizable
  • Extracción de dióxido de carbono (CDR) del polvo de piedra de cemento
  • Polvo fino carbonizado utilizable en materiales aglomerantes
  • Compañía con propiedad intelectual

Lo que pretende esta compañía a través del proceso conocido como reCO₂ver, es desarrollar un método de alta eficiencia para separar y reciclar los componentes del hormigón demolido aumentando así la calidad del producto resultante. La clave de este proyecto es la sinergia de un tratamiento químico-mecánico de los residuos.

Así se podría descomponer el hormigón viejo en partes individuales obteniendo grava, arena y piedra caliza mediante un proceso en el que se separasen unos 50 kg de CO₂ por cada tonelada de residuos de hormigón triturado obtenido tras las demoliciones. Los resultados obtenidos en las pruebas realizadas han demostrado que las estructuras construidas con el hormigón resultante de este proceso poseen unas cualidades similares al producto original. El uso de estas tecnologías emergentes proporciona una reducción de casi la mitad del agua y un cuarto del cemento, además de que utilizan residuos de hormigón para la reducción de CO₂ en la atmósfera.

Entre las declaraciones de los directivos de Sika Group, se pueden observar datos estadísticos de cierto interés. Si sumamos las toneladas de hormigón utilizadas únicamente en los cinco países más importantes de la Unión Europea, obtenemos unos 300 millones de toneladas de hormigón viejo generadas cada año. Mediante el proceso de reciclaje completo de estos materiales, se extraerían hasta 15 millones de toneladas de CO₂.

Sin duda alguna, este nuevo proceso de reutilización de materiales puede beneficiar a largo plazo a clientes de la compañía y al medio ambiente en general. Está claro que el futuro pasa por el ahorro de recursos naturales y el desarrollo de tecnologías viables que permitan el reciclaje de materiales de uso masivo. Con paciencia y un progreso constante y seguro, quizá seamos capaces de corregir por completo los errores del pasado.